1.0 Introducción

1.1 Noción de "comunión" como concepto clave en la Iglesia (CN, 1-4)

Concepto clave para expresar el núcleo profundo del Misterio de la Iglesia y, ciertamente, puede ser una clave de lectura para una renovada eclesiología católica. algunas visiones eclesiológicas manifiestan una insuficiente comprensión de la Iglesia en cuanto misterio de comunión, especialmente por la falta de una adecuada integración del concepto de comunión con los de Pueblo de Dios y de Cuerpo de Cristo, y también por un insuficiente relieve atribuido a la relación entre la Iglesia como comunión y la Iglesia como sacramento

Concepto no unívoco: Para que el concepto de comunión, que no es unívoco, pueda servir como clave interpretativa de la eclesiología, debe ser entendido dentro de la enseñanza bíblica y de la tradición patrística, en las cuales la comunión implica siempre una doble dimensión: vertical (comunión con Dios) y horizontal (comunión entre los hombres).

Es esencial a la visión cristiana de la comunión reconocerla ante todo como don de Dios, como fruto de la iniciativa divina cumplida en el misterio pascual. La nueva relación entre el hombre y Dios, establecida en Cristo y comunicada en los sacramentos, se extiende también a una nueva relación de los hombres entre sí.  

La comunión eclesial es al mismo tiempo invisible y visible. En consecuencia, el concepto de comunión debe ser capaz de expresar también la naturaleza sacramental de la Iglesia mientras "caminamos lejos del Señor", así como la peculiar unidad que hace a los fieles ser miembros de un mismo Cuerpo, el Cuerpo místico de Cristo, una comunidad orgánicamente estructurada, "un pueblo reunido por la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo", dotado también de los medios adecuados para la unión visible y social..
 

1.2 Iglesia, iglesia universal, iglesias particulares (CN, 7-9). Verdadera y falsa comunión

La Iglesia de Cristo, que en el Símbolo confesamos una, santa, católica y apostólica, es la Iglesia universal, es decir, la universal comunidad de los discípulos del Señor, que se hace presente y operativa en la particularidad y diversidad de personas, grupos, tiempos y lugares.

Entre estas múltiples expresiones particulares de la presencia salvífica de la única Iglesia de Cristo, desde la época apostólica se encuentran aquellas que en sí mismas son Iglesias, porque, aun siendo particulares, en ellas se hace presente la Iglesia universal con todos sus elementos esenciales. Están por eso constituidas "a imagen de la Iglesia universal", y cada una de ellas es "una porción del Pueblo de Dios que se confía al Obispo para ser apacentada con la cooperación de su presbiterio".

La Iglesia universal es, pues, el Cuerpo de las Iglesias, por lo que se puede aplicar de manera analógica el concepto de comunión también a la unión entre las Iglesias particulares, y entender la Iglesia universal como una Comunión de Iglesias. A veces, sin embargo, la idea de "comunión de Iglesias particulares", es presentada de modo tal que se debilita la concepción de la unidad de la Iglesia en el plano visible e institucional. Se llega así a afirmar que cada Iglesia particular es un sujeto en sí mismo completo, y que la Iglesia universal resulta del reconocimiento recíproco de las Iglesias particulares. Esta unilateralidad eclesiológica, reductiva no sólo del concepto de Iglesia universal sino también del de Iglesia particular, manifiesta una insuficiente comprensión del concepto de comunión.

Para entender el verdadero sentido de la aplicación analógica del término comunión al conjunto de las Iglesias particulares, es necesario ante todo tener presente que éstas, en cuanto "partes que son de la Iglesia única de Cristo", tienen con el todo, es decir con la Iglesia universal, una peculiar relación de "mutua interioridad", porque en cada Iglesia particular "se encuentra y opera verdaderamente la Iglesia de Cristo, que es Una, Santa, Católica y Apostólica". Por consiguiente, "la Iglesia universal no puede ser concebida como la suma de las Iglesias particulares ni como una federación de Iglesias particulares"(41). No es el resultado de la comunión de las Iglesias, sino que, en su esencial misterio, es una realidad ontológica y temporalmente previa a cada concreta Iglesia particular.

Explicación ontológica más detallada: CN, 9-10

1.3 El ecumenismo como dimensión de la misión de la Iglesia

La misión es la tarea característica de la Iglesia en el tiempo presente, hasta la segunda venida de Cristo, cuando Dios sea todo en todas las cosas (1 Cor 15,28) y la misión sea sustituida por la visión. [Pedro Rodríguez, Iglesia y Ecumenismo, RIALP, 1979, p. 13]

Triple dimensión de la misión de la Iglesia: [Ib., pp. 11-13]

El ecumenismo consiste en «promover la unitatis redintegratio de todos los cristianos» (UR 1). [Ib., pp. 12-13]

La teología ecuménica como dimensión de toda la teología. [Ib., pp. 364-365.368]

Definición de D. Pedro Rodríguez. La teología ecuménica como disciplina especial tiene como objeto propio el estudio de la unidad de la Iglesia, tal como ha sido querida por Cristo y en cuanto es tarea a realizar a partir del don de Dios y del hecho histórico de la división de los cristianos.

La teología ecuménica constituye innegablemente una disciplina especial. Debe versar de modo especial sobre la historia de las personas, de los hechos y de las doctrinas que tengan alguna relación con el problema de la unión de los cristianos; sobre la descripción concreta de las comunidades cristianas que actualmente existen; sobre los múltiples problemas teológicos planteados en el Movimiento ecuménico. [G. Thils, Historia doctrinal del Movimiento ecuménico, RIALP, 1965, pp. 352-353]

La teología ecuménica como «locus» de la teología sistemática. Desde este punto de vista, comprende lo siguiente: [Ib., pp. 361-362]

Se entiende por Confesionología el estudio comparado de los distintos grupos, grandes iglesias, iglesias libres y sectas que constituyen la cristiandad. [K. Algermissen, Iglesia Católica y confesiones cristianas (Confesionología), RIALP, 1964, p. 1303]

La Confesionología católica como parte de la Teología católica. "A ella le corresponde presentar a las comunidades religiosas cristianas en su génesis histórica y en sus manifestaciones actuales, con atención particular a sus doctrinas y confesiones fundamentales; y a ella le toca establecer por confrontación un juicio objetivo y destacar los puntos en que las confesiones no católicas coinciden con la madre Iglesia, mostrando lo que ésta podría darles y lo que ellas podrían aportar dentro de la reunificación general" (W. Bartz). [Ib., p. 1306]